Como aficionado al cine, nunca he tenido un género predilecto. Me gusta explorar en diversos tipos de situaciones y universos, y no estancarme en un solo estilo. Sin embargo, el drama y el romance sin duda han sido los géneros a los que menos atención he prestado, a causa de la cantidad de tropos que suelen inundar a las obras de este tipo. Por suerte, en el anime he encontrado obras que han desafiado la imagen que tengo de dichos géneros, y sin duda las que más me han marcado han sido las adaptaciones de las novelas visuales de Key realizadas por Kyoto Animation. Hoy os traigo mi reseña de la primera obra de esta particular trilogía, que trata de aunar una trama sobrenatural con drama humano, con bastante más éxito en su segundo cometido. Bienvenidos a mi análisis de Air.
Este anime fue producido por Kyoani en 2005, siendo una de las primeras obras del estudio y la primera serie en ser dirigida por Tatsuya Ishihara, el que ahora es el buque insignia de la compañía y el director de la mayoría de lo que realizan. A pesar de que a día de hoy sea sin duda un buen director, con Air pagó la novatada sin ninguna duda. La estructura de la serie está bastante mal planteada, con partes a las que les sobran capítulos y arcos que se quedan cortos y sin el consuelo de que fuera por falta de tiempo material. Trataron de hacer una adaptación completa de la novela original sin tener en cuenta el número de episodios de la serie y sin hacer los cambios necesarios para que todos sus arcos funcionasen en el anime.
Air nos cuenta la historia de Yukito Kunisaki, un titiritero ambulante que tiene la capacidad de mover sus marionetas sin necesidad de hilos pero con poco éxito entre los niños a causa de lo básico que es su espectáculo. En un día de verano, llega a un pueblo en el que conocerá a Misuzu, una chica bastante extravagante que le acogerá en su casa, donde vive junto con su madre adoptiva Haruko. En el pueblo también conocerá a Kano, la hermana pequeña de su nueva empleadora y a Minagi, una amiga de Misuzu que pasa sus ratos libres en la antigua estación de tren del pueblo. Una premisa simple y directa que es fácilmente intercambiable con casi cualquier otra serie del género pero que, a veces para bien y otras para mal, tiene una narración bastante innovadora.
Los arcos de las chicas secundarias se extienden durante la primera mitad de la serie, y son sin duda lo que más la daña tanto por defecto de emotividad debido al poco tiempo que tiene cada una de ellas para desarrollarse y conectar con el espectador, haciendo que a pesar de que son historias con bastante carga dramática signifiquen muy poco para el que las está viendo; como por exceso de metraje ocupado, un tiempo que hubiera sido muy útil para desarrollar más en profundidad el último arco, que tiene mucha más complejidad argumental. Durante esta primera mitad sentí estar viendo relleno eliminable, ya que estas historias no sirven como build-up para lo que estaba por venir, y tampoco destacan por sí mismas. Entiendo que quisieran adaptar las historias de todas las chicas de la novela, pero de esta manera sólo se crea una situación en la que nada sale ganando.
El segundo arco de la serie da giros argumentales muy bruscos a la trama incluyendo elementos como saltos temporales a la edad media o teriantropía, que aunque parezcan muy radicales en primer lugar, pienso que funcionan y consiguen salvar en gran medida los defectos de la primera parte. Se desarrolla de forma muy notable a los personajes principales y culmina con un final que es, por falta de una palabra mejor, maravilloso. Sin duda, no perdona todos los fallos iniciales de la obra, pero hace que el balance sea mucho más positivo de lo que parecería en primer lugar.
En cuanto al apartado técnico la serie, afortunadamente, es igual de buena que todas las de Kyoto Animation. La animación es sin duda uno de sus fuertes, destacando sobre todo en algunas escenas de acción que se mostrarán en la serie. Algo que me llamó mucho la atención es lo detallado que es el pelo de los personajes y su movimiento, un nivel de atención al detalle que sin duda no todos los estudios se toman. No tuve problema con el estilo de dibujo de los personajes, algo que muchos espectadores sí suelen tener, sobre todo a causa de lo extremadamente irreal que es la anatomía facial de los personajes, incluso para los estándares del anime. Es verdad que en Kanon sin duda refinaron bastante el estilo, pero no me desagrada el dibujo que tiene Air. Viendo el dibujo original de las novelas o las adaptaciones de Toei Animation de las obras de Key, pienso que podría haber sido mucho peor.
La banda sonora acompaña muy bien a la serie y es bastante memorable, algo que agradecerle a Jun Maeda, el compositor musical y guionista de las novelas originales. Es capaz de aportar emoción cuando es necesario y no sobra en ningún momento. La opening de la serie también es bastante buena, pero desgraciadamente la ending es bastante olvidable a mi parecer. También es sin duda digno de mención el trabajo de Tomoko Kawakami, la ya fallecida seiyuu de Misuzu, que fue capaz de aportar bastante al personaje con su interpretación, y fue una muy buena elección como dobladora de la chica principal.
En general, Air no es un anime perfecto, ni muchísimo menos. Tiene errores garrafales en su planteamiento, y se nota la falta de experiencia del equipo en aquel momento, pero es capaz de sobreponerse y provocar más sentimientos que el aburrimiento inicial. Sin duda no se la recomiendo a todo el mundo, pero si os gusta el género o sois fans del estudio, os diría sin duda que le dierais una oportunidad.