Si bien hace unos meses hablé de una adaptación de un producto japonés realizada por americanos, hoy os traigo el caso contrario, una adaptación al anime del que puede ser uno de los iconos más importantes de la cultura pop: Batman. Yo mismo me considero un gran fan del Caballero Oscuro y llegué hasta esta película por curiosidad más que otra cosa.
Antes de empezar a hablar de la obra me gustaría explicar el concepto de Elseworlds. Se trata de un sello editorial propiedad de DC Comics que se encarga de colocar a sus personajes más famosos, sobre todo Batman y Superman, en una época o lugar diferentes a los que se suelen encontrar. Así encontramos historias realmente interesantes como Superman: Hijo Rojo o Gotham: Luz de Gas.
Todo esto lo digo porque este anime podría ser, perfectamente, otro miembro del sello Elseworlds: una forma de situar a Bruce Wayne en el Japón feudal, concretamente en el periodo Sengoku (1467-1568). Para esta nueva interpretación del personaje Warner Bros. Animation se asocia con el estudio Kamikaze Douga, con dirección de Junpei Mizusaki, dejando el guión en manos de Kazuki Nakashima y el diseño de personajes a cargo de Takashi Okazaki.
Nuestra historia comienza en el presente, con Gorila Grodd intentando poner en marcha un artefacto conocido como el Quake Engine en el Asilo Arkham. La intervención de Batman, Catwoman y otros miembros de la Batfamilia provoca que la máquina falle, transportándolos a todos al Japón feudal… con Bruce Wayne llegando dos años más tarde que el resto.
Cuando el Cruzado de la Capa llega se encuentra con un país gobernado por los villanos que se encontraban en Arkham cuando Grodd llevó a cabo su plan, siendo el Joker y Harley Quinn los que han amasado más poder en ese intervalo de dos años. A partir de este momento la trama se vuelve cada vez más caótica, dando numerosas sorpresas a lo largo de la misma.
Entre las numerosas vueltas de tuerca que encontramos en este producto encontramos un clan de ninjas que profetizaron la llegada de Batman, bajo la imagen de un guerrero que los ayudaría en momentos de necesidad. No solo eso, el final desemboca en una pelea de mechas del siglo XVI al más puro estilo Gurren Lagann.
Este grado de locura no será del agrado de aquellos fans que busquen una historia más convencional del Caballero Oscuro y la calidad de la misma no se encuentra entre las mejores que hemos podido disfrutar a lo largo de los setenta y nueve años que Batman lleva en circulación.
Respecto a los personajes he de decir que el diseño es espectacular, Okazaki ha sabido integrar muy bien la indumentaria de todos los presentes para darle un aspecto mucho más oriental. En estos diseños me gustaría resaltar sobre todo al Joker donde el autor de Afro Samurai mezcla perfectamente dos indumentarias tan dispares como la indumentaria habitual de este personaje y la propia de un shogun. Por otra parte Hiedra Venenosa no se ha visto muy favorecida y su diseño se me antoja perezoso.
En cuanto a desarrollo de personajes sí que me he llevado alguna que otra decepción, Batman se rinde demasiado rápido al sufrir un revés tan nimio como perder el batmovil, algo que no me convence en absoluto. Por otra parte, personajes como Catwoman o Alfred han sido retratados perfectamente, aunque los que mejor parados salen sean Joker y Harley Quinn, pues su locura es muy bien aprovechada en todo momento.
Pasando a apartados más técnicos, la animación de este largometraje de ochenta y cinco minutos de duración es, sin duda alguna, su punto fuerte. Es clara la influencia del estudio y el director en la obra, ya que ambos han participado en el archiconocido JoJo’s Bizarre Adventure. Esto se puede ver en el uso total del CGI reminiscente de sus openings y en las fantásticas escenas de acción que son lo mejor de la cinta, siendo el duelo del Joker y Batman su punto más álgido.
La banda sonora es otro punto fuerte, donde Yugo Kanno es capaz de mezclar sonidos orientales con melodías que bien podrían pertenecer a algunos temas compuestos por Shirley Walker y Danny Elfman para la serie animada del 92. Destacan sobre todo los temas de apertura y cierre así cómo el que suena durante el duelo anteriormente mencionado.
Para terminar, me gustaría hablar de un detalle que me dejó un poco descolocado al principio de la película. Me sorprendió sobremanera que uno de los villanos, siendo además el detonante de toda la historia, sea Grodd. Este primate es un villano de Flash y, que yo recuerde, no se ha enfrentado a Batman en ninguna aventura que Bruce Wayne haya tenido en solitario.
Esto se hace aún más raro teniendo en cuenta que el Caballero Oscuro ya tiene otros villanos, y muy conocidos, con las capacidades y el motivo para querer construir una máquina del tiempo. Mr. Freeze por ejemplo, es un científico cuya única preocupación es mantener con vida a su esposa Nora, la cual padece de una enfermedad incurable. Quizás ya se ha encontrado una cura pero su mujer lleva tanto tiempo bajo el hielo que es imposible salvarla, a no ser que viajes atrás en el tiempo, claro.
Otra posibilidad dentro de la extensísima galería de villanos con la que cuenta este superhéroe sería Ra’s Al Ghul. El líder inmortal de la Liga de los Asesinos vive obsesionado con la idea de que Bruce sea su heredero así que no sería muy disparatado que quisiese volver atrás en el tiempo, cuando este era más maleable. Quizás tal proeza científica sea demasiado para él, pero podría usar un artefacto mágico, algo a lo que está más acostumbrado.
A pesar del problema de Grodd, de algún desliz en cuanto a la caracterización de Batman y que la historia sea un poco rara; puedo decir que la obra resulta entretenida. Han captado mucho mejor la esencia del personaje de lo que pudo haber hecho Netflix con Light y Misa en su repudiada Death Note. Es más, la relación que tienen el Joker y Harley Quinn en esta película está mejor construida que la de Escuadrón Suicida.
Por último, resaltar que cualquier fan que la vea con la mente abierta podrá disfrutar del metraje, aunque después no sepa exactamente qué narices acaba de ver.
Nota: 7/10