Buenos días, tardes o noches, queridos lectores. Después de mucho tiempo sin escribir nada por estos lares, he decidido volver para evitar que el ritmo del blog decaiga y tengáis contenido todas las semanas. Sé que probablemente estábais cómodos leyendo acerca de los traumas de nuestro editor con Evangelion pero ya va siendo hora de que haya algo de contenido de mi cosecha por estas tierras, aunque eso implique que tengáis que leer mis dilemas con monas chinas.
Hoy vuelvo para escribir sobre una serie que necesitaba de una tercera temporada y por fin lo ha conseguido. Muy a mi pesar, no es ninguna de las series producidas por Kyoto Animation que necesitan de un final pero sigue siendo una muy buena serie. Vamos a hablar de la tercera temporada de Yahari Ore no Seishun Love Comedy wa Machigatteiru. Kan, Oregairu 3 para los amigos.
Esta nueva temporada es una continuación directa de donde lo dejamos en la última temporada, por lo que si no has visto la serie y te gustaría evitar cualquier tipo de spoiler sobre lo que ocurre mejor que no sigas leyendo. Intentaré ser lo más leve en cuestión de spoilers ya que mi objetivo principal es hablar de los aspectos técnicos y de las primeras impresiones que me ha producido.
Para mí, Oregairu es una serie de contrastes muy marcados tanto a nivel técnico como a nivel narrativo. Las últimas dos temporadas lo demostraban con el paso de una calidad general de la serie bastante lamentable a una aceptable y la aparición de elementos de comedia mezclados con el drama intrínseco que la serie arrastra desde el minuto uno hasta ahora. Si bien con el paso del tiempo ha ido mejorando la receta y la ha ido amoldando a lo que es la serie que debía de ser desde el primer minuto, nunca dejo de pensar que siempre puede haber recaídas y que esta temporada fuese peor de lo esperado.
Para mi alivio, creo que no ha sido así, al menos de momento.
Nuestra historia continúa con el trío favorito de toda la serie, aunque no el mejor, puesto que Iroha debería de encontrarse en él para que ocurriese, claro está. Hachiman ha crecido como persona y al menos ya no es el despojo social que llevaba siendo las dos temporadas anteriores, aunque siga arrastrando parte de su aura característica de personaje, marca de la casa. Yukino y Yui siguen siendo súper amigas, y la verdad es que se puede observar que han madurado también como personajes, siendo Yukino la que más, demostrándolo en un primer episodio en el que se enfrenta a sus padres para poder hacer lo que ella realmente desea hacer. Me gustan los diseños de los personajes como ya ocurría en la temporada pasada, y creo que ha sido acertado que feel. los haya retocado a nivel general para actualizarlos un poquito.
No voy a engañaros diciendo que no esperaba ese primer episodio, viendo cómo terminaba el último de la segunda, pero sí que es verdad que después de tanto tiempo me hacía falta un poco más de comedia en vena. Por fortuna, en los dos siguientes episodios vuelve la mejor chica de todo el anime, Iroha y su clásico «Senpaaaai«, y nos alegra la vida aportando ese toque de comedia que la temporada anterior tuvo y que para mi gusto, le daba un toque excelente.
En términos musicales prosigue la misma línea que sus anteriores entregas, con su opening cantada por Yanagi Nagi, que vuelve a ser fantástica un día más y me alegra el alma y el corazón. De verdad, no me puede gustar más de lo que ya lo hace esta chica. El ending, sin embargo, pasa desapercibido y como si no existiese, al menos para mí. El resto de la banda sonora se compone de canciones que contrastan entre sí y van de fondo, nada particularmente reseñable.
Como ya adelantaba en párrafos anteriores, esta es una serie de contrastes, y donde más patente se hace esto es en su animación y diseños. Me sorprende muchísimo que un anime de estas características, con unas ganancias tan absurdamente altas gracias a la cantidad de figuritas, dakimakuras, llaveros, colgantes, almohadillas para el ratón, tenga una calidad tan pobre. Sí, es cierto que no estamos hablando de la primera temporada, en la que la animación era muy mala, pero estamos hablando de que se trata de un anime que ha estado ordeñando la vaca del dinero durante cuatro años de forma ininterrumpida. Y sí, me gusta lo que veo pero siempre me queda esa cosilla de que con tanto tiempo se podría haber realizado algo mejor y con una mayor consistencia.
Otro aspecto que me ha parecido realmente curioso es la cantidad de detalles que hay y lo bien que están los primeros planos que hacen a los personajes, pero que en cuanto alejan un poco la cámara se empiezan a ver bastante regular. Demasiado, diría yo.

En conclusión, quizás soy demasiado exigente con esta nueva temporada, pero creo que es mi deber no como crítico siquiera, sino como fan de la serie, ver que se haga justicia con ella y que esté a la altura de lo que un cierre de un anime debiera de ser. Adoro sus personajes, su historia, la forma en la que hilan los distintos episodios y arcos de los personajes, incluso cuando son más secundarios, y es por eso que me gustaría que tuviese el mejor final posible.
Además, no todos los días podemos llegar a contemplar como un estudio hace sus deberes y acaba una historia que ha empezado, ¿verdad, KyoAni? Por eso, y por respeto a la serie, yo sugiero que apoyemos en este triángulo amoroso a la que sin lugar a dudas es la ganadora que se merece llevarse el amor de nuestro protagonista, Iroha. Y si no me creéis, aquí dejo un vídeo con una de las mejores escenas que protagoniza.
Muchas gracias por aguantarme en estos pocos párrafos y gracias por leernos una semana más aquí, en Aki no Hay Anime.
«Guess who’s back, back again
Shady’s back, tell a friend
Guess who’s back, guess who’s back, guess who’s back…»
Maravilloso. Extraordinario. Trascendental. Histórico. Clamoroso. Dokidoki. Fuwa fuwa time.
Una vez más me has roto el campo AT. Te has ganado un fanfic gratis de Iroha, compañero.
Me gustaLe gusta a 1 persona