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Los doce mejores animes de la década (2011-2020)

Le hemos echado el cerrojo al 2020. Menudo año, ¿eh? Y parecía tonto cuando lo compramos. No sé hasta qué punto 2021 será más clemente, pero de momento nos queda conformarnos con esto. Aprovecho para desearos lo mejor de este nuevo año a todas las que nos seguís estéis donde estéis.

Es normal que esto haya pasado un poco desapercibido, pero con el 2020 también acabamos de enterrar una década. Y antes de que se os hinche la vena inquisitiva y me digáis que acabó en 2019, os recuerdo que Jesucristo se supone que nació en el año 1 y no en el 0, así que las décadas acaban en número redondo. Vamos, digo yo. Tendría que irme a Judea hace dos milenios para comprobarlo.

Creo que es un buen momento para hacer balance, así que os traigo mis doce animes favoritos de esta década como las doce uvas que me comí la otra noche. El único criterio de clasificación es mi impresión personal, así que espero que sea de vuestro agrado. Incluyo tanto series como películas, y la única regla es que se hayan emitido entre 2011 y 2020.

También voy a excluir secuelas que se hayan hecho de animes anteriores durante este periodo, por un lado porque quiero centrarme en las ideas expuestas durante esta etapa, y por otro porque todos sabemos que ganaría la película de K-On y perdería un poco la gracia. Que ya nos conocemos.

Dicho esto, a la manteca.

#12: Nichijou (2011)

  • Director: Tatsuya Ishihara
  • Estudio: Kyoto Animation
  • Formato: Serie (26 episodios)

Empiezo con el anime del que trató la primera publicación de Aki no Anime, allá en 2016. ¡Cuando nuestro redactor jefe escribía cosas! Qué recuerdos. Aún no había podido convertir el blog en el Granma otaku.

Al igual que mis artículos, Nichijou es una muy buena serie cómica. Se centra en la vida diaria de un pueblo y las peripecias de sus habitantes, y aunque es famosa por su sentido del humor absurdo, va hilando muchas de sus historias y construyendo el punto cómico de sus escenas sobre la interacción entre sus distintos personajes, evitando hacerse repetitiva como suele ocurrir con obras de esta clase.

Creo que hasta cierto punto se adelantó un poco a su tiempo. Casa mejor con el humor memético que está en boga en internet que con el que había al inicio de la década, lo que le ha dado un merecido reconocimiento a lo largo del tiempo que continua a día de hoy.

Y bueno, uno de los protagonistas es un gatito. Creo que tampoco tengo que decir mucho más para venderla.

#11: El caso de Hana y Alice (2015)

  • Director: Shunji Iwai
  • Estudio: Steve n’ Steven
  • Formato: Película

Siempre es interesante ver a cineastas de animación haciendo cine de carne y hueso o viceversa, ya que muestra cómo su estilo se traslada a un medio diferente. Esta película fue el debut de Shunji Iwai en el mundo del anime, y mantuvo su esencia dando en el clavo tanto en el fondo como en la forma.

La historia gira en torno a dos alumnas de secundaria a las que un problema común les lleva a conocerse y hacerse amigas, y lo que más me gusta de su acercamiento es su compromiso por el costumbrismo en todos los aspectos. Esto se ve en que guion está muy pulido para ser verosímil; pero sobre todo en el hecho de que la animación esté hecha casi en su totalidad mediante rotoscopia, permitiendo que los movimientos de los personajes sean mucho más fluidos y realistas de lo que se podría conseguir con animación digital convencional. Su estética le funciona como instrumento narrativo.

Todo esto consigue acercar al espectador a la forma de pensar y actuar de las dos protagonistas, que son chicas adolescentes que hablan y se comportan como lo que son. Consigue trasladarlo a la mentalidad de esa edad, y contar una historia enternecedora sobre sus circunstancias centrada en la experiencia y retratándola con fidelidad.

#10: Steins;Gate (2011)

  • Directores: Hiroshi Hamasaki y Takuya Satou
  • Estudio: White Fox
  • Formato: Serie (24 episodios)

El thriller que cogió al mundo por banda. Lo más probable es que conozcáis este anime, siendo de los más famosos de los últimos años. Más allá de que el misterio de la serie atrapa muy fácilmente y de su énfasis en la tecnología y la cultura otaku, lo que más me fascina de Steins;Gate es lo bien construida que está.

Se toma bastantes episodios para caracterizar el mundo en el que se desarrolla la acción y en la manera en la que los personajes se mueven dentro de él, a la vez que sutilmente, desde el inicio, va construyendo un trasfondo inquietante que eventualmente se convierte en el plato principal.

Su primer arco es lo que más me gusta de la serie, ya que es capaz de construir intriga sin la necesidad de tirar huesos a la audiencia y usando muchos de sus elementos visuales que trabajan hacia ese objetivo, como el permanente blanco cegador del sol y su contraste con los espacios oclusivos en los que se desarrollan la mayoría de escenas. Y si no me creéis, os recomiendo ir a ver el primer episodio, que condensa todos estos elementos en un ejemplo de libro de cómo hacer un buen piloto.

Steins;Gate te deja pegado al asiento durante sus veinticuatro episodios. Lo cual en el fondo no se diferencia mucho de mi estado natural, pero espero que del vuestro sí.

#9: El cuento de la princesa Kaguya (2013)

  • Director: Isao Takahata
  • Estudio: Estudio Ghibli
  • Formato: Película

La última película que nos dejó mi querido Takahata. Hace unos meses, en el día de su cumpleaños (que compartía conmigo) le dediqué un artículo comentando las cosas que me gustan de su obra y de él como creador, y esta cinta me parece un muy digno final a su carrera.

Adapta el tradicional cuento japonés del cortador de bambú, pero virando el foco hacia su personaje femenino principal: la princesa Kaguya. Trata sobre una chica arrojada a la apatía por el ansia de estatus social de su (bienintencionado) padre, pero no se queda sólo en los asuntos más terrenales. El eje del arco de la protagonista es lo efímera que es siempre la felicidad; y de forma velada y bastante interesante, el orden natural de la vida y el misterio de la muerte. Casi todas las películas de Takahata tienen cierto talante mitológico, pero quizá por ser la última, se abraza más a la metafísica que las demás.

A nivel técnico es con facilidad el anime más llamativo de esta lista. Todos sus fondos están pintados con acuarelas en una época donde casi todo se hace digitalmente, y su animación cambia con la tensión emocional de las escenas con una agudeza que hace palidecer al resto de elementos. Muy recomendable, tanto a devotas como a profanas del estudio Ghibli.

#8: Gi(a)rlish Number (2016)

  • Director: Shouta Ibata
  • Estudio: Diomedea
  • Formato: Serie (12 episodios)

Esta serie pasó bajo el radar colectivo cuando se estrenó, siendo de un director con poco recorrido y de un estudio de escaso interés, y es una pena porque me parece una de las mejores series sobre la propia industria del anime que he visto.

Trata de la producción de una adaptación de una novela ligera harem terrible, hecha con un presupuesto abismal y condenada a ser mala pese al esfuerzo de su director y animadores. Vemos esta atrocidad desde los ojos de Chitose, la actriz de doblaje de la chica principal, que sólo consigue el rol por compadreo y apariencia física sin tener apenas capacidad de actuar. A pesar de que sería una situación desalentadora para cualquiera, ella lo toma como una gran oportunidad, ya que comparte el objetivo del productor de forrarse trabajando lo menos posible y la posibilidad de pegar el pelotazo está ahí. Series peores han funcionado, después de todo.

Es una sátira excelente de la deriva de la industria del anime en los últimos años, en los que el modelo de negocio se ha estancado y ha generado una crisis de sobreproducción en la que es más fácil jugar a la ruleta del éxito haciendo algo malo que haciendo algo bueno con posibilidad de fracasar. ¡Vemos al menos una decena de animes como el que se hace en la serie todas las temporadas!

El desarrollo de la obra es bastante interesante, en cuando a que su talante va haciéndose menos descarado y más introspectivo conforme avanzan los episodios y se explora lo delicado de la situación de quienes se mueven en las arenas del negocio de la forma en la que lo hacen Chitose y el productor. Hace un buen balance entre ser una crítica divertida y un retrato interesante de la producción de anime para televisión en esta década.

#7: Uchuu Patrol Luluco (2016)

  • Director: Hiroyuki Imaishi
  • Estudio: Trigger
  • Formato: Serie (13 episodios)

Los animes de Hiroyuki Imaishi son un referente de la intelectualidad de barra de bar. Pese a ser bombásticos, ruidosos y grandilocuentes, siempre cuentan con temas subyacentes muy interesantes que varían en cada obra. Uchuu Patrol Luluco me parece lo mejor que nos ha dado en esta década gracias a su excelente capacidad de depurado de contenido.

Cuenta tan sólo con trece episodios de siete minutos cada uno, y en ese metraje tan limitado expone una cantidad de ideas comparable a las de sus series más largas sin dejar de lado su estilo característico. Aquí nos relata una historia marcadamente en clave femenina sobre una chica tratando de entender los aspectos más irracionales de sí misma en un mundo que constantemente pide más y más de ella.

He seguido casi todas las producciones del estudio Trigger (que este director capitanea) desde su formación hace unos años, y esta me parece sin duda el mejor anime que han producido en solitario. Ya se sabe que lo bueno, si es breve, es dos veces bueno.

#6: Hibike! Euphonium (2015-?)

  • Directores: Naoko Yamada y Tatsuya Ishihara
  • Estudio: Kyoto Animation
  • Formato: Serie (26 episodios) y película secuela

«La serie de Naoko Yamada sobre una banda de música. No, K-On no, la otra.« (risas inaudibles)
He hecho ya este chiste en otra entrada. Corramos un tupido velo.

A diferencia del resto de entradas en esta lista, tengo una reseña de Hibike! Euphonium en el blog, que escribí allá en 2016 cuando sólo tenía una temporada, y a la que podéis acceder pinchando aquí. Sé que es más agradable leerme ahora que hace cinco años, pero prefiero no explayarme mucho y decir que mi percepción de la serie es similar a la que tenía entonces, y las nuevas entregas han estado a la altura.

Es la historia de una banda de música sinfónica y del sacrificio que conlleva dedicarse a la música, llevado con el grado de realismo que caracteriza a Kyoto Animation y con la sutileza y la sensibilidad que hacen destacar a su directora. El viaje que realiza Kumiko, la protagonista, es muy sentido; y se ha convertido cada vez más en el elemento primario de la historia. Supuestamente este año tendremos la temporada final de esta historia, y la espero con muchas ganas.

#5: The Idolmaster (2011)

  • Directores: Atsushi Nishigori y Noriko Takao
  • Estudios: A-1 Pictures y Trigger
  • Formato: Serie (25 episodios) y película secuela

Un ejemplo excelente de por qué no hay que juzgar a un libro por su portada. Este anime tenía todas las papeletas para haber sido mediocre, tirando por lo alto. Es la adaptación de la entrega principal de una serie de videojuegos, y en la mayoría de casos como este se coge la ruta sencilla de hacer algo sin muchas pretensiones para promocionar el material original. Sin embargo, Nishigori, quien tomó el timón como director, animador, guionista, y diseñador de personajes siendo un seguidor acérrimo del videojuego, no se conformó con eso. Citándolo textualmente, «sintió que era su responsabilidad hacer algo bueno».

He visto esta serie varias veces a lo largo de los años y todavía me sorprendo de lo bien estructurada que está, de su uso excelente del lenguaje cinematográfico, de lo medido que está su guion y el tratamiento que éste da a sus personajes, y de la calidad que tiene la animación en una producción bastante modesta. Es la historia original de un grupo de idols intentando llegar al estrellato artístico, sí, pero con aristas muy interesantes que son una delicia de presenciar.

El grado de éxito de esta adaptación fue tal que A-1 Pictures, un estudio famoso por producciones desastrosas como la que Gi(a)rlish Number parodia, se ha esforzado por mantener a parte del equipo técnico en las subsecuentes adaptaciones de otros juegos de la saga, haciendo lo impensable: que Idolmaster se convirtiera en un sinónimo de buen hacer en el terreno del anime. De las sorpresas más gratas que me he llevado en esta materia.

#4: Ping Pong (2014)

  • Director: Masaaki Yuasa
  • Estudios: Science SARU y Tatsunoko Production
  • Formato: Serie (11 episodios)

Ping Pong se convirtió, desde que lo vi por primera vez, en mi anime deportivo favorito. Tampoco es que me suelan gustar mucho por norma general, como sabéis el deporte del que soy más devoto es el levantamiento de vaso en barra fija. Sin embargo, esta serie me encantó, quizá precisamente porque no trata apenas sobre el deporte.

La trama se centra en dos amigos íntimos que aspiran a ser profesionales en el tenis de mesa. Dos protagonistas que pocas veces aparecen juntos, pero a los que une una influencia mutua marcada y constante durante sus once episodios, y sobre los que se cuenta una historia que poco tiene que ver con esa disciplina, sino sobre quiénes son y sus perspectivas entorno a la profesionalidad en el deporte.

La dirección de Yuasa suele ser un garante de calidad —y el tío ha estado sembrado esta década—, pero en esta ocasión lo llevó más allá dándole una personalidad que entiende el sentido del guion y realza lo que quiere contar a la perfección. El uso expresivo de su animación es constante durante las escenas cotidianas, y los partidos que se muestran nunca están representados de forma realista sino de acuerdo a la tensión emocional de cada momento en concreto. No pone interés en mostrar un partido de tenis de mesa creíble ni dar interés al resultado, sino que los usa como medio de representar un estado mental, especialmente en el arco final de la serie.

Por si fuera poco, cabe mencionar que tiene una de las bandas sonoras originales que más he escuchado, siempre usada de forma apropiada y que le aporta mucho carácter propio.

#3: Tamako Market (2013)

  • Directora: Naoko Yamada
  • Estudio: Kyoto Animation
  • Formato: Serie (12 episodios)

El dúo de dirección y guion que forman Naoko Yamada y Reiko Yoshida es uno que suele encantarme, y por suerte han trabajado juntas en muchos proyectos. Cuando en 2013 pudieron realizar un anime original, sin las restricciones que adaptar una novela o un manga implica, hicieron algo verdaderamente especial.

En sus doce episodios, esta serie sigue doce meses en la vida de un mercado, comenzando y terminando el cumpleaños de Tamako, su protagonista, que cae en fin de año. Ella vive y trabaja en la tienda de mochis de su familia, y es una enamorada de lo que hace por motivos que se van revelando a medida que sabemos más de ella, de su familia y de las personas diversas que conforman su entorno. La mirada de la serie nunca es entrometida, sino que hace una invitación a relatos en la vida de sus personajes, de sus pequeñas alegrías y fracasos y que nos revelan más que de ninguna otra forma quienes son.

Es un anime dulce y pausado sobre el cariño de Tamako a su gente y a lo que hace, muy rico en detalles y que te sitúa en la mente de unos personajes entrañables y complejos de una forma que sólo la ficción más habil consigue. Una prueba de que no se necesita una trama atenazante para ser especial, porque la vida diaria, las más de las veces, es mucho más interesante.

#2: Liz y el pájaro azul (2018)

  • Directora: Naoko Yamada
  • Estudio: Kyoto Animation
  • Formato: Película

Lo más llamativo de Liz y el pájaro azul es que no es una película original, sino una derivación de Hibike! Euphonium centrada en dos de sus personajes secundarios y hecha con un estilo artístico diametralmente distinto. Cuando se anunció imaginé que sería buena, pero no que superaría con creces a la serie original y se convertiría en una de mis películas anime favoritas.

Sería fácil venderla como una película romántica homosexual muy bien hecha, pero es más que eso. Es un relato mucho más subtextual que textual sobre la obsesión con otra persona, el dilema del erizo (el acercamiento da calor, pero hace daño) y las dificultades para empatizar y ver las cosas desde la perspectiva de la persona querida. No destaca el diálogo, que es escaso, sino las brillantes interpretaciones, animación y dirección para dar al espectador todas las claves para entender a las dos partes de esta historia.

La expresión por medio de la cinematografía está perfectamente marcada, de un modo que nunca es intrusiva pero que siempre está realzando elementos importantes, ya sea mediante distribución de color, uso metafórico del escenario u otros elementos. Es una película que invita a revisionarse, y lo he hecho varias veces pese a lo reciente que es, ya que el nivel de atención al detalle en su escasa hora y media de metraje permite identificar claves cada vez que se ve, pero sin dejar de ser plenamente comprensible desde la primera vuelta. Es, sin lugar a dudas, la cima a la que ha llegado hasta el momento Naoko Yamada como artista, y no es decir poco siendo la tercera vez que su nombre aparece en esta lista.

La recomiendo con crecer incluso si no habéis visto o no os interesa Hibike! Euphonium, ya que es comprensible sin conocer la serie original. La primera escena con las dos protagonistas subiendo escaleras durante cinco minutos —que podría ser un corto excepcional por sí misma— desvela todo lo que se necesita saber de su relación para entender el resto.

#1: En este rincón del mundo (2016)

  • Director: Sunao Katabuchi
  • Estudio: MAPPA
  • Formato: Película

Se han hecho decenas de películas japonesas, tanto en metraje real como en animación, sobre el impacto que tuvo la Guerra del Pacífico en Japón. Pero En este rincón del mundo no trata sobre eso, o al menos no en el sentido convencional. Sigue a un matrimonio joven que vive con la familia del marido en un pueblo pequeño, y muestra la evolución de un lugar alejado desde los años previos al conflicto hasta que éste termina.

No es una película sobre la propia guerra, aunque ésta aparezca esporádicamente, sino sobre el calado que tuvo en su sociedad; representado en la pareja protagonista, que ven muy jóvenes como su pueblo, su tierra y sus perspectivas se van por el sumidero en unos pocos años. No es melodramática ni sensiblera, sino la pura realidad. Una historia antibélica con mucho tacto y buen hacer en la forma que se toma su tiempo en caracterizar el cambio histórico, el antes y el después, y la desgracia de una generación que lo perdió todo y se volvió a levantar.

Consigue un balance excelente entre representar con contundencia la situación de la que trata y no regodearse en su crudeza, resultando en un tono agridulce que lejos de resultar frívolo, hace a la historia más cercana. Os la recomiendo encarecidamente a los que no la hayáis visto; y a los que sí, parafraseando a Camarón “vedla un poquito más”.


Y con esto cierro el chiringuito por hoy. Lo más difícil de esta entrada ha sido hacer la selección, muchos animes que me encantan se han quedado en el tintero muy a mi pesar. Espero que os haya gustado mi lista, y si no estad tranquilas porque me pagan lo mismo (ni un duro).

¿Cuáles han sido vuestros favoritos de esta década? Escribídmelo en los comentarios si os apetece, y compartid esta entrada si os ha gustado. Un abrazo fuerte y feliz año a todas y a todos.

4 respuestas a “Los doce mejores animes de la década (2011-2020)

  1. Una maravilla de entrada, como nos tienes acostumbrados.
    Me he apuntado unos cuantos títulos que han llamado mi atención, y volveré a darle una oportunidad a Steins;Gate, que abandoné demasiado pronto por el carácter de su protagonista. No es de extrañar que la fuerza expresiva de lo cotidiano haya logrado propulsar a los proyectos que encabezan esta lista; la reflexión acerca del día a día y su inmensidad ha sido tratada con maestría en Japón, y el anime no es una excepción. Al leer tu magnífica impresión acerca de En este rincón del mundo, he recordado Una vida errante, del maestro Yoshihiro Tatsumi: una obra autobiográfica que, además de centrarse en relatar los primeros pasos del protagonista en el mundo del manga, hace una descripción histórica muy impactante del Japón de posguerra y su difícil recuperación tanto económica como ideológica.
    Creo que has puesto en un lugar muy acertado a Uchuu patrol Luluco, del gran Imaishi; siempre sorprenden sus mensajes escondidos en series tan atractivas visualmente. Si tuviera que hacer una lista de los mejores animes de la década, mencionaría también Kill la Kill, la joya que dio el primer impulso al estudio Trigger y que se suma al ideario brillante de Imaishi.
    Siguiendo la petición que haces al final, y como amante del género shonen, mencionaría también Haikyuu!!, un spokon que ha dejado huella en la historia del manga y el anime por su maestría argumental, su realismo y su transversalidad. De lo mejor que ha visto la Shonen Jump en la década, junto a Dr Stone, Bakuman, Shokugeki no Sôma, Assassination Classroom y Medaka Box, por no olvidar My hero Academia.
    Quizá haya vendido mi alma a A-1 Pictures si hablo acerca de SAO (por supuesto no me refiero a su última temporada). Al fin y al cabo, en lo mainstream también hay luz.
    También hablaría de mi idolatrado Makoto Shinkai, que ha logrado la fama en esta década, pero destacaría sus trabajos anteriores a su ascenso al estrellato: En especial El jardín de las palabras, una de mis favoritas junto a 5 cm por segundo.
    De Kyoto Animation me quedaría con HYôka, una de sus numerosas obras maestras; una serie que marca a todo el que la ve.
    Por último, daría un lugar destacado a Black Rock Shooter, un OVA brillante a nivel técnico que recrea magistralmente el mundo emocional de su protagonista adolescente; creo que podrías llegar a compartir la predilección que siento por esta joya ^^
    Muchas gracias por alegrarnos el año con esta entrada; espero que 2021 esté cargado de nuevas maravillas escritas por ti.

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    1. ¡Muchas gracias por tu comentario, David! Me apunto ese manga de Tatsumi, tiene pinta de ser bastante interesante.

      Si te soy sincero consideré meter tanto El jardín de las palabras (la película perfecta para podófilos) como Hyouka, pero ambas se quedaron fuera al final. Pero tranquilo, porque por lo de Hyouka ya se encargará el redactor jefe de leerme la cartilla, ya sea en el blog o en privado. 😛

      Gracias por tus sugerencias, y brindo porque disfrutemos de muchos buenos animes y mangas durante este 2021. ^^ ¡Un abrazo fuerte!

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  2. I noticed a fair share of Naoko Yamada here. I really really connected with Liz and the bluebird due to the protagonist’s fears of an eventual possible parting.
    Did you ever end up seeing Yamada’s Heike monogatari?
    In this corner of the world also has an extended version but I have yet to see that version.
    Iwai is a much more layered/complex filmmaker than I thought.
    I never got around to seeing girlish number but I think I will now after reading how satirical you found it.

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