Entrevistas

En los zapatos de Ishiguro

En Aki no Anime siempre intentamos ir a la vanguardia del periodismo otaku, y sólo nos faltaba subir un peldaño más para ser candidatos al Pulitzer: hacer entrevistas. Por desgracia, entre el poco caché que tenemos y que mi japonés está bastante cojo, sigue siendo un poco inviable. Sin embargo, hay muchas entrevistas a personalidades del mundo del anime que no están traducidas al castellano… y aquí es donde entramos nosotros.

Para inaugurar esta nueva sección, en la os que traeremos entrevistas interesantes en nuestro idioma, he elegido la que le hicieron los miembros del podcast Anime World Order al director Noboru Ishiguro durante una convención en Atlanta en septiembre de 2007. Es una grabación que me encanta, ya que arroja mucha luz sobre cómo se llevaron a cabo los proyectos de uno de los directores más importantes del medio, y además es bastante divertida.

La entrevista original se emitió en formato sonoro, y podéis acceder a ella pinchando aquí. Conversaron mediante traducción simultánea, lo cual la hace un peñazo de escuchar incluso si ententéis el inglés. La he transcrito, traducido y comentado bajo estas líneas, de forma que sea más accesible. Mis comentarios aparecerán en negrita y entre corchetes, [de esta manera].

Dicho esto, vamos al turrón.


Noboru Ishiguro: Cineasta de anime. Conocido por dirigir Macross, La Leyenda de la Héroes Galácticos y Acorazado Espacial Yamato entre otros. Fundó el estudio Artland en 1978, en el que trabajó como gerente hasta 2006. Su obra construyó los pilares de la ciencia ficción en anime, aunque tocó muchos géneros durante su carrera. Fallecido en marzo de 2012.

— ¿Hay algún trabajo en particular que le hiciese querer entrar en animación?

Cuando los de mi época éramos niños, la únicas películas de animación que podíamos ver eran las de Disney. Nunca pensé que pudiera crear algo como eso, pero cuando empezó a producirse anime para televisión sentí que podía hacer algo al menos parecido, así que se podría decir que esa fue mi inspiración.

— Muchos de sus animes hacen de la música un elemento muy importante. En trabajos como Macross o Megazone 23 son parte importante de la trama, y todos tienen bandas sonoras son muy memorables. ¿Es una coincidencia o le interesa especialmente la música?

Bueno, siempre me ha encantado la música, y cuando era joven estuve en una banda. De hecho, cuando mi generación estaba en el instituto empezaron a emitirse aquí películas de Hollywood; me metía en el cine siempre que tenía oportunidad, y mis favoritas eran los musicales [Se nota. Me gusta decir que Ishiguro es el mejor autor de AMVs que conozco, muchas escenas de sus animes son prácticamente vídeos musicales, y la mayoría impresionantes.]. A raíz de eso entendí la música como algo muy efectivo y casi integral al medio audiovisual.

— En cuanto a obras fuera del anime, ¿hay películas de acción real, pintores, escritores, etc. que crea que le hayan influenciado?

Mi mayor influencia sin duda sería Osamu Tezuka [Que te especifiquen “fuera del anime” y digas un autor de manga es cogerlo un poco con pinzas, eh.], no hubiera llegado aquí de no ser por él; en cuanto a directores de acción real que pudiera mencionar… por supuesto Akira Kurosawa, y también otro director japonés llamado Yuzo Kawashima, ya fallecido hace mucho. En cuanto a directores extranjeros hay tantos que no sé, he ido muchísimo al cine pero tampoco sabría decir uno en particular, aunque he sido muy seguidor de unos cuantos. En cuanto a pintores… me he quedado un poco en blanco, la verdad. ¿Quiere que le mencione los directores occidentales que más me gustan, o…?

— Sí, por favor.

Van a ser de la vieja escuela, eh. (risas)

— No pasa nada. (risas)

A ver… en cuanto a americanos, están Alfred Hitchcock, Billy Wilder, John Ford —fui muy aficionado a él—, también hay un director francés que me encanta y que por desgracia no suele ser citado, llamado Devillé. También me gusta mucho el tipo que hizo 2001: Una Odisea en el Espacio.

— Stanley Kubrick.

Ese, Stanley Kubrick.

[Esto me hace un poco de gracia. Ishiguro ha sido alguien decenas de veces mencionado, tomado como referencia o directamente plagiado en Hollywood, y cualquiera que se dedique a la producción de cine de ciencia ficción sabe quien es; mientras él ni recordaba cómo se llama Kubrick. Esto es una demostración de confianza y lo demás son tonterías.]

— Suele ser común en gente de su generación el agarrarse a una obsesión que les hiciera dedicarse a esto. Por ejemplo, Leiji Matsumoto era muy aficionado a los trenes, aviones, y esas cosas. Esa fijación le inspiró a dibujar y fue muy importante en las obras que desarrolló. ¿Tuvo usted alguna cosa así en su infancia?

Hmm… eh… No. No tuve nada de eso.

— (risas) Vale, vale.

Cuando era niño dibujaba manga, y en mi adolescencia empecé a sacar algo de dinero de eso. Pero nunca tuve ninguna fijación específica, creo que no tuve ninguna obsesión en particular.

— ¿Qué mangas dibujaba de niño?

Bueno, el primer manga que fui capaz de vender era de ciencia ficción. En retrospectiva, tenía una historia bastante extraña. Era una historia sobre un huérfano en el espacio, hijo de personas que vagaban por el espacio. Pensándolo bien, tenía algunos puntos comunes con Macross y Megazone [Qué curiosidad.].

— Usted es conocido por dirigir animes bastante serios de ciencia ficción. Aunque aquí en América es difícil encontrar una lista completa de las credenciales de alguien en el mundo del anime, hay dos títulos en su carrera que hemos encontrado que se desvían bastante de su trayectoria habitual, más desenfadados. Uno de ellos se titula Mikan Enikki —aparentemente su protagonista es un gato naranja—, y una película llamada Tottoi, sobre una foca [Esta entrevista se hizo en 2007, y en se momento las bases de datos sobre anime eran bastante más escuetas, pero esos dos no son ni de lejos los únicos animes cómicos de Ishiguro]. ¿Se los tomó como una bocanada de aire fresco entre sus trabajos más serios, o cómo ocurrió?

Bueno, la ciencia ficción es mi género favorito a tratar en animación, y además me parece el tipo de historia más apropiada para este medio. Sin embargo… debo confesar que la comedia es lo que mejor se me da.

[No sé cuántas veces habré citado esto. Me parece la mejor descripción de su obra.]

— (risas)

Creo que incluso a día de hoy sería un buen director de comedias, eh. Cuando escuché que Michael Anderson, el que dirigió la adaptación de La vuelta al mundo en ochenta días fue un director importante de slapstick en el cine, me alegré de ver a alguien tan ambivalente. De vez en cuando se me ocurren buenas ideas para escenas cómicas, y las apunto por si me da por llevarlas a cabo en el futuro. Creo mucho en eso de que hacer reír es mucho más difícil que hacer llorar, y me encantaría seguir haciendo reír a la gente en el futuro.

[Este es un aspecto muy ignorado de su cine, por desgracia, y creo que precisamente donde más brilla es en sus trabajos más serios. Quizá el ejemplo más claro es cómo su adaptación de la sesuda historia de La Leyenda de los Héroes Galácticos tiene chistes en la mayoría de episodios, usando un humor seco que ni desentona ni aminora la carga dramática de la serie. De verdad, el tío sería de Tokyo, pero parecía de Cádiz.]

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No me gustaría ser recordado como un obseso de la ciencia ficción. Para empezar, no sé ni conducir un coche y me pierdo con las máquinas complicadas, así que siempre he intentado hacer un cine de ciencia ficción que sea entendible para cualquiera que lo esté viendo.

— (risas) Bueno, siguiendo un poco en el tema de la ciencia ficción, muchos en Occidente le conocemos por dirigir La Leyenda de los Héroes Galácticos. ¿Era usted seguidor de las novelas originales de Yoshiki Tanaka antes de tener que adaptarlas?

Eh… bueno, entre tú y yo, no tenía ni idea de qué era La Leyenda de los Héroes Galácticos ni quién era ese tal Tanaka antes de que me llegase la oferta.

— (risas)

Leí las novelas por primera vez cuando me lo encargaron. Pero haciendo honor a la verdad, una vez que empecé con sus novelas no pude parar, y supe que era algo que tenía que adaptar.

— Usted fue también un pionero en el modelo de las OVAs (NT.: ‘Animación directa a vídeo’). He oído que Megazone iba a ser originalmente una serie de televisión, pero quedó reducida en última instancia a una OVA. ¿Como se sintió al ser de los primeros en trabajar en ese modelo de producción?

Después de terminar Macross y Do You Remember Love? empezamos a producir nuestra nueva serie para televisión. Teníamos productor, teníamos plantilla, pero cuando empezamos la trabajar en ella, el productor se esfumó. Ya habíamos empezado a hacerla, así que teníamos que buscar una forma de emitirla como fuera. El formato directo a video fue la solución más viable. Condensamos la duración como pudimos y la mandamos. Y como iba a ser una serie de televisión no teníamos un desenlace pensado aún, y por eso tuvo un episodio final tan… inconclusivo.

— Creyendo en principio que Megazone iba a ser una serie de TV y no algo directo a vídeo, ¿de dónde vino la decisión de incluir tantas escenas gráficas de sexo y violencia? Lo pregunto porque, cuando salió en América, fue drásticamente diferente a todo el anime que nos había llegado antes, al menos en lo que a eso respecta.

(risas) La de Megazone fue la primera historia original producida por Artland en lugar de una adaptación, y cuando supimos que iba a ser algo directo a vídeo decidimos meter ese tipo de contenido para incitar a la gente a comprar las cintas [Esto explica bastante. Y no sólo de Megazone, sino de muchas OVAs ochenteras.].

— Hay un rumor entre fans occidentales sobre la formación de Artland que dice que empezó sólo con tres escritorios en un salón. ¿Tiene eso algo de cierto?

Es… totalmente cierto. La verdad, en ese momento no pensaba iniciar ninguna compañía, pero un amigo quería cerrar la suya y tenía que liquidar su inventario para poder disolverla, así que me cameló para venderme los tres escritorios y acepté [Guau. Ver ese criterio de toma de decisiones me da más confianza en mí mismo.].

— Durante una entrevista sobre Acorazado Espacial Yamato, usted denotó que las explosiones que dibujó eran muy características. Me gustaría preguntar, ¿cree usted que su obra tiene características estilísticas muy marcadas?

¿Estilo? Hm… Yo empecé siendo animador de efectos de escena, y me encantaba trabajar haciendo explosiones, olas, movimiento de árboles, etcétera; en general me encantaba transmitir la sensación de caos, y es algo que siempre recomiendo a animadores jóvenes, les incito a que representen las cosas de la forma realista pero intrincada.

— Aparentemente ahora la propiedad de Yamato está entre tres tenedores: el señor Nishizaki, el señor Matsumoto y el estudio Tohoku [El productor, el otro director y el estudio. Vamos, todos los grandes nombres menos él]. Si alguno de ellos le pidiera trabajar en una nueva versión de Yamato, ¿qué les diría?

Bueno, dependería mucho del contexto. De hecho, hace un par de años hubo un intento de hacer una nueva serie de Yamato, la idea era hacerla mientras el productor Nishizaki siguiera todavía entre rejas [Nishizaki era el Makinavaja del anime. Le metieron en el trullo varias veces, en aquel momento por posesión ilegal de armas.] pero aparentemente Tohoku desistió y el tema acabó en un hiato. Tuvieron buenas ideas, y podría salir algo interesante de ahí, pero Nishizaki va a volver al mundo real en unos meses y seguramente quiera hacer su propia versión de Yamato otra vez. Si eso ocurre, quizá me llame a mí. Siendo sincero, me encanta Yamato pero no su visión de la obra [Al final se hizo un remake de Yamato en 2013, pero lamentablemente tanto Nishizaki como Ishiguro se habían ido al otro barrio.].

— Me estaba preguntando… No sé si usted conoce una OVA lanzada en 1991 llamada Otaku no Video. En ella, representaron el fanatismo que rodeaba a Macross: Do You Remember Love?, y lo que significó para los fans en aquel momento. Me preguntaba si usted estaba al tanto de ese fenómeno, y si se sintió presionado al hacer la película por ello.

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[Los personajes de Otaku no Video viendo cels de la película de Macross… mientras hacen cola para ver Nausicaä. Me da un poco de envidia, no os voy a engañar.]

Bueno, no es que no pensara en los fans cuando hice la película, pero ese no era un momento en el que se considerara al otaku como el público objetivo; es más, el concepto de otaku no existía todavía en este sentido, así que no trabajé pensando mucho en el tema.

— Usted hizo un comentario en una entrevista sobre Yamato fue sobre las dificultades para lograr ciertos efectos en animación tradicional frente a la digital. ¿Cuál es su posición con respecto a ambos estilos de animación?

Creo que la animación digital es maravillosa. Elimina la mayoría de limitaciones que tenía animar a la vieja usanza. Pero por otro lado, necesitas estar muy al día en las capacidades y los avances del mundo digital —de otra manera, el medio se come al artista—. El lado negativo, o al menos lo que he notado últimamente, es que la animación digital permite producir trabajos con más rapidez y menor coste, y esa es la única manera en la que la industria está haciendo uso de él. Parece que les importe poco que el medio digital puede ir más allá y conseguir representar movimientos e ideas que serían casi imposibles de otra forma y se quedan en lo mínimo, creo que es algo que merece ser reexaminado.

[Esto es bastante interesante. Primero, porque frente al purismo de la animación tradicional que se ve a veces se da entre los otakus, un director que la ha trabajado muchos años y que ha creado muchas de las escenas mejor animadas en ese estilo se decanta por la digital sin dudarlo. Y segundo, porque creo que su crítica da en la diana, esa facilidad para conseguir los mismos resultados es uno de los factores que han hecho posible la crisis de superproducción en la que se ha metido la industria en esta década. «Reexaminado» es una forma elegante de expresarlo.]

— Como americanos vemos también muchas películas de aquí, y es fácil identificar influencias del anime en algunas ocasiones. Desde el otro lado, ¿ve usted mucha influencia americana en el anime y en el cine japonés?

Bueno, en el mundo de la animación japonesa hemos trabajado mucho en producciones animadas americanas mediante subcontratación. Antiguamente ellos nos enviaban el guion y queríamos dibujar el guion gráfico, pero las empresas americanas nos lo negaban y nos decían que nos limitásemos a animar. Entiendo que la forma de animar de Japón era muy diferente a la occidental; nosotros teníamos nuestro estilo y queríamos transmitirlo, pero no nos solían dejar. Ahora las cosas son bastante diferentes, cuando nos subcontratan casi que se asume que el estudio japonés dibujará el guion gráfico, así que creo que las cosas están cambiando a nuestro favor. El momento en el que me di cuenta de lo hondo que habíamos calado fue cuando vi a Disney usando backlighting. Eso hace unas décadas hubiera sido tan impensable en una película de Disney que es evidente que estamos llegando lejos [Ha contestado lo contrario de lo que le habían preguntado, pero bueno. Su respuesta es incluso más interesante.].

Una cosa que me sorprendió mucho hace años fue leer una entrevista a un director americano de películas de robots, en la que dijo textualmente que se copió de Macross al hacer su película, lo cual me asombró bastante.

— Qué discreto.

La verdad, no he visto la película y ni siquiera recuerdo el título. (risas)

— ¿Top Gun? (risas)

(risas) ¡Qué va, qué va! Era algo menos comercial que eso, creo.

— ¿Cuál fue el primer trabajo en animación que realizó y cómo se sintió trabajar en ello?

El primer proyecto de animación en el que trabajé de principio a fin fue Marine Boy, y el personaje que más tuve que dibujar fue al delfín, sería capaz de dibujarlo ahora mismo sin referencia. Se llamaba Blanquito.

— Antes ha comentado cómo leyó a un director jactándose de haber calcado Macross, y me preguntaba: ¿qué piensa de la película Matrix, y de las similitudes entre ella y la primera parte de Megazone 23?

La verdad, no he llegado a ver Matrix entera. Pero todos mis amigos que la han visto hacen comentarios similares. Aunque la verdad, la mayoría de obras de ciencia ficción nacen de una base similar. De hecho, alguien me comentó en una ocasión que el concepto de Megazone es muy similar a una novela americana de ciencia ficción, y eso que puedo prometer que la idea de Megazone fue mía al completo. La leí, y me sorprendí muchísimo al ver las similaridades entre ellas. La novela fue escrita por un autor americano muy famoso, el título en japonés era Los Huérfanos del Cielo, que curiosamente fue también el título del primer manga que vendí, del que os hablé antes.

He escuchado alguna vez que muchos escritores de ciencia ficción leen casi todo lo que se encuentran en ese género por miedo a duplicar algo que ya haya creado otra persona. Yo temo haber caído en esa trampa, pero nunca me han demandado por haber escrito Megazone, y creo que a estas alturas estoy a salvo. Así que bueno, creo que hice un mejor trabajo en eso que El Rey León (risas). [JAJAJA. Qué puñalada más gratuita.]

Bueno, de hecho, Megazone iba a llamarse inicialmente Omega Zone, pero una compañía llamada Omega nos demandó [Guau, ¿patentaron ellos el alfabeto griego o qué?]. ¡Habíamos hecho hasta el póster de Omega Zone! La demanda llegó como un día antes del inicio de la producción, así que todo lo que se nos ocurrió hacer fue tirar por la borda la O de Omega. De hecho, sigo teniendo el póster original de Omega Zone. Es un… objeto de coleccionista.

— (risas) Único en el mundo. ¿Cuál diría que es su mayor aportación al mundo de la animación?

Bueno, creo que estaría bien ser humilde y no pensar que he contribuido en algo, pero… hice una tesis sobre cine en mi último año de universidad. Esa era una época en la que la industria fílmica japonesa estaba en declive y la industria de la animación en auge, así que hice mi tesis sobre la producción de anime para televisión. Visité un par de estudios de animación, y aproveché para buscar trabajo una vez que acabara de estudiar. La conclusión final del trabajo fue que la industria se ramificaría y adoptaría una naturaleza muy diferente a la animación occidental, que era el marco de referencia en ese momento.

Parece que mi predicción se cumplió, al menos. No quiero apuntalar la idea de que he hecho alguna contribución significativa hacia esta deriva, pero en los cuarenta y cinco años que he trabajado en la industria del anime he hecho las cosas de la forma que he querido —para bien o para mal— y he conseguido sobrevivir en el negocio de esta manera.


Y con esto cerramos el chiringuito por hoy, amigas. Espero que os haya gustado mi traducción de la entrevista, creo que es… bastante del estilo de este blog.

¿Queréis que traduzca y comente entrevistas de alguien en concreto? Escribídemelo en los comentarios y quizá suene la flauta. Muchas gracias por leerme, os deseo a todas un feliz domingo.

4 respuestas a “En los zapatos de Ishiguro

  1. ¡Me ha encantado esta entrada, muy buen trabajo! Creo que este formato es idóneo para crear contenido divulgativo acerca de grandes figuras como Noboru Ishiguro, muy desconocidas en Occidente. Todo blog sobre cultura japonesa debe llevar a cabo, a mi juicio, una labor divulgativa, y esta entrada avanza a favor del conocimiento de estos grandes autores, por lo que estoy muy agradecido.
    Hiroyuki Imaishi tiene algunas entrevistas muy interesantes que no cuentan con traducción al español, quizá haya aquí un buen material sobre el que trabajar.
    Me agrada mucho ver por escrito el apego que profesas por el director del que tantas veces me has hablado en persona; recuerdo cuando me comentaste que el tipo de historias que prefería eran las humorísticas. Aquellos pensamientos pedían ser escritos, y aquí está el fruto de tu trabajo.
    ¡Muchas gracias por esta entrada! Estaré esperando la próxima con impaciencia ^^

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    1. ¡Muchísimas gracias por tu comentario, David! Me alegro de que te guste este formato, ha sido un pequeño experimento pero creo que haré más entradas como esta. Y sí, su sentido del humor es algo que siempre me ha llamado mucho la atención en sus obras, y me ha gustado comprobar que era algo deliberado.

      Muy buena sugerencia. Leeré algunas entrevistas de Imaishi y buscaré cuál puedo para traerla al blog. ^^ La próxima entrevista será más… profana, pero para la siguiente tendré en cuenta tu recomendación.

      ¡Un abrazo!

      Le gusta a 1 persona

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