Una de las citas que más repito de mi filósofa favorita, mi madre, es “para sufrir siempre hay tiempo”. En los últimos meses he incumplido este precepto, y me he convertido en un mártir de la cultura otaku.
El redactor jefe de este blog me propuso que viéramos todos los animes de estreno de esta última temporada para comentarlos en conjunto. Empezamos con un buen ritmo, pero por su naturaleza escurridiza y botifler, él decidió abandonar el barco. Yo, sin embargo, decidí terminar lo que había empezado y ver la friolera de treinta y siete series de anime que se han emitido entre los meses de abril y julio. No he acabado (ni seguido) muchos, pero todos se han llevado al menos una oportunidad, y aquí os traigo mi crónica, ya que creo que me he ganado el derecho a quejarme.
Esta lista no incluirá secuelas ni segundas temporadas, sino sólo las series de anime de estreno durante esta primavera, tanto en televisión como en plataformas digitales. Para darle un toque sabrosón, he decidido dividirlas en tres categorías:
Acierto — Merece la pena ver este anime, y lo recomiendo sin muchas reservas.
Frontera — Dudosa. Puede gustar si os interesa especialmente la temática, pero no me parece muy buena.
Hoyo — No. No os hagáis esto a vosotras mismas. Por favor.
Sin más dilación, vamos a empezar a desenvainar la espada, por orden alfabético.
86 – Acierto

Empezamos con algo decente. Por regla general, mi reacción al ver unidos los conceptos “A-1 Pictures” y “adaptación de novela ligera” es empezar a arañarme el cuello. Demasiadas malas experiencias, que empezaron por Sword Art Online y siguieron con la ristra de copias infames que tuvo. Pensé que despacharía esta serie en un episodio, pero por suerte o por desgracia me gustó y acabé viéndola entera.
86 es una serie muy buena, llevada con mucho más tacto de lo que pudiera parecer. Narra un conflicto militar tanto desde la trinchera como desde la comandancia donde los soldados son usados de carne de cañón al ser gente de otras razas a la que se les ha negado la ciudadanía. La temática es interesante, y además está tratada de forma dura sin ser sensiblera ni capciosa. Tiene un final conclusivo excelente pero que deja la puerta abierta a una continuación, que ha sido anunciada y se emitirá a partir de octubre.
Estéticamente también es muy llamativa. Dejando de lado que tiene el mismo (terrible) diseñador de personajes de SAO o Gakusen Toshi Asterisk, el diseño de color es mucho más agradable, la animación es buena y consistente, y en especial la dirección es excelente. Se representa en el escenario lo que se narra de forma metafórica, de forma que incluso las escenas de exposición son entretenidas; y tiene algunos encuadres brillantes. La banda sonora es además de Hiroyuki Sawano, y si bien todas las que ha compuesto suenan igual, diría que suenan bastante bien.
No es un anime excepcional, y se le pueden sacar punta a muchos elementos, pero me parece una muy grata sorpresa en una temporada que… bueno… vamos a continuar.
Bakuten!! — Frontera
¡Gimnasia rítmica masculina! Hay animes deportivos de todos los colores, pero no me había encontrado con ninguno sobre esto. Rompiendo roles de género, ahora que venimos del mes del orgullo.
Me he tragado esta serie entera. Es parte de una trilogía que ha producido Fuji TV por el décimo aniversario del terremoto de Touhoku y la crisis de Fukushima dai-ichi, con la intención de representar cómo ha calado lo sucedido en la población. Esta ha sido la primera entrega, las dos siguientes son películas que se estrenarán este verano.
Para ser sinceros, representar representa poco o nada. Más allá de que la historia se desarrolla en Iwate y que el protagonista es de Sendai, la historia es la de un anime deportivo cualquiera, y es muy formulaica incluso dentro del género. Los personajes responden a los arquetipos de los personajes de este tipo de obras, se dedican a repetir en la mitad de sus frases las características unidimensionales que los definen, compiten en un torneo y se clasifican para la siguiente fase. Revolucionario.
Me llamó más la atención de lo que quizá debería por lo bonita que me parece visualmente, y cómo representan los escenarios de Iwate en animación. Si sois aficionados del género puede ser una buena elección; si no lo sois quizá saquéis algo de disfrute estético, pero no esperéis ver nada remarcable.
Battle Athletess Daiundoukai ReSTART! — Hoyo

Este anime es bastante aburrido y más feo que mandar a la abuela a por droga.
No tengo mucho más que decir. Su título es más largo que el de mi trabajo de fin de carrera.
Bishounen Tanteidan — Hoyo

Mi género favorito en la ficción son las historias sobre chicas monas, pero a falta de pan, los chicos monos también me gustan. Esta serie, sin embargo, es mala con ganas.
El primer capítulo es una presentación à la carte del harén de chicos unidimensionales de la protagonista, sin darle ningún tipo de profundidad o interés. Que su director sea Akiyuki Shinbou y que sea una adaptación de una novela de NisiOisin, el autor de Monogatari, quizá dé esperanzas sobre el papel; pero a juzgar por el primer episodio, creo que son infundadas.
Blue Reflection Ray — Hoyo
Encuentro impresionante que esta serie sea tan fea desde el primer episodio cuando va a tener veinticuatro. Me compadezco de la gente de producción porque tienen que estar pegándose cabezazos contra las paredes. Seguirá en emisión hasta final de verano, la pregunta es si para cuando acabe va a tener a alguien viéndola.
Cestvs: The Roman Fighter — Frontera

Fórmula spokon aplicada a… ¿¡púgiles romanos!? Japón superándose cada día. Tienes al amigo muerto, al rival altivo, al maestro caído en desgracia y toda la tropa habitual. No me parece una serie placentera estéticamente ni interesante a nivel narrativo, pero sólo por la temática quizá hasta merezca la pena. Si alguna se anima, le ruego que me deje su impresión en los comentarios. Tengo bastante curiosidad.
Dragon, Ie wo Kau — Hoyo

Vi el primer episodio de esta cosa con el redactor jefe.
Era bastante malo. Pero él es genial. ❤
Edens Zero — Hoyo

“Usted no aprende, ¿verdad?” – Los Simpsons, Temporada 11, Episodio 19
Hiro Mashima no aprende. Este señor, famosísimo autor de Rave Master y especialmente de Fairy Tail ha demostrado una vez más que no ha aprendido nada con el tiempo. ¿Por qué iba a hacerlo, cuando sus mangas tienen éxito aunque se limite a hacer reciclar sus problemáticas obras anteriores?
Más allá de que los diseños de los protagonistas de Edens Zero sean calcos de los de Fairy Tail, más allá de que la lógica argumental me haga poner los ojos en blanco, más allá de los chistes machistas que plagan la mayoría de episodios, lo que me resulta insoportable de este anime es lo aburrido y genérico que es. No tengo aversión al shounen manga que cultiva Mashima, creo que se pueden contar muy buenas historias en ese marco estructural, pero siento que este hombre más que escribir hace química. Te vende un pastiche estirado como un chicle durante una cantidad intragable de tomos con más cinismo comercial que intención de contar una historia.
No quiero decir con esto que su trabajo no pueda ser disfrutable, después de todo me mamé todo Fairy Tail como un campeón hace años; pero lo veo tan repetitivo y mal escrito que no podría recomendarlo. Y Edens Zero no solo cae en los mismos agujeros, sino que los agranda desde su inicio. Shiki, el protagonista, es un hombre de Cromañón que repite constantemente los mismos mantras sobre amistad que hacen que pierda todo su significado. Rebecca, su acompañante, es bastante más tolerable, pero su función principal es estar ahí para ser salvada por Shiki DESDE EL PRIMER EPISODIO.
Su adaptación animada casi que empeora la base original, ya que está animada de forma muy deficiente y consume aún más tiempo que la lectura del manga. De nuevo, esto no es una crítica a su género ni a su demografía. Precisamente porque creo que las historias juveniles pueden ser muy buenas esto me parece una mala elección.
Chin-pon.
Fairy Ranmaru – Hoyo
Este es casi cómicamente malo. Con una calidad de producción digna de Aki no Anime, en el primer episodio cuenta la historia de cómo unos chicos hada van a pegarle una paliza a una acosadora multicuenta que le estaba haciendo ciberbullying a una compañera de clase. El hecho de que vaya totalmente en serio y no sea una parodia lo hace aún más increíble, por desgracia es bastante aburrido y feo con convicción.
Los trajecitos son un puntazo, eso sí.
Fumetsu no Anata e — Frontera

Una delicia en cuando a presentación visual, con fondos preciosos, composición de colores agradable y diseños de personaje bastante bonitos; con un premisa interesante sobre el viaje de un espíritu por diferentes pueblos, pero que tira mucho de la lágrima fácil.
Está recibiendo muchas alabanzas de gran parte de la comunidad y entiendo por qué, aunque albergo serias dudas de que vaya a ser algo que realmente merezca la pena. Está aún en emisión, así que si queréis darle un intento no es mala idea. Si os gusta siempre podéis volver aquí a criticarme, que suele ser bastante divertido.
Full Dive — Frontera
Un isekai de libro, en el que un chico gamer entra en un mundo de realidad virtual en el que está rodeado de chicas guapas. Bandera roja.
Para ser sincero, su primer episodio me disgustó mucho menos de lo que pensaba que lo haría. Tiene un sentido del humor macabro bastante divertido y es agradable visualmente, pero no sé si será capaz de seguir a ese nivel y su raison d’être me parece detestable en cualquier caso. No me da buena impresión, pero su inicio me parece lo suficientemente bueno como para no mandarla al hoyo de cabeza.
Godzilla Singular Point — Frontera
La máquina del dinero de Toho no puede detenerse, y nos han dado otra entrega de su saga Godzilla, en este caso una serie anime de mano del estudio Bones.
No está mal, que ya es un punto. La animación es bastante buena y los personajes protagonistas son bastante inusuales, carismáticos y le dan un cariz distintivo a la serie. Por desgracia también tiende a vomitarte información poco relevante provocando una sobrecarga cognitiva que, siendo sincero, creo que no merece la pena intentar sobrellevar. Mala exposición de libro.
Me parece bastante diferente a la media, pero no necesariamente buena. Diría que es recomendable para seguidores de la saga pero sonaría poco honesto; primero porque lo van a ver igualmente, y segundo porque no sé si tengo la capacidad de entender qué le gusta a un fan acérrimo de Godzilla. La única entrega de esta franquicia que me ha interesado es la peli que dirigió Hideaki Anno.
Gokushufudou — Hoyo
Un anime producido por Netflix. Ha sido despedazado por el público por tener animación digna de las últimas escenas de Evangelion, y la tiene. Pero lo que más me disgustó a mí es lo monótona que es, una serie de comedia con un único chiste repetido ad nauseam. Por desgracia, nada nuevo bajo el sol.
HigeSoru — Hoyo
Hay unos cuantos animes que tratan de cómo a un macho cabrío japonés, identificable con el espectador medio y sin demasiada personalidad, le cae del cielo una chica jovencita que le alegra su triste existencia. Representan un tipo de satisfacción que me da más pena que otra cosa. Tampoco me molestan especialmente porque, la verdad, en este valle de lágrimas cada una se consuela como puede. Esta serie usa esta fórmula con un giro, pero en este caso no me da pena. Me da asco.
Un oficinista acoge a una chica adolescente que ha huido de su casa —con todo el tacto del mundo, vemos un plano a sus bragas antes que a su cara— y ésta empieza a hacerle de chacha gratuita, con el plus de tenerla siempre en su piso vistiendo un sensual uniforme de colegiala. A fin de cuentas, como dijo el ex-alcalde de Valladolid: “a mí cuando más me excitaba mi mujer era en el instituto con esa faldita”.
Supongo que no pudo huir de casa con otra ropa, no. Ni cambiarse en los seis meses que, según la serie, ha estado huyendo. Por supuesto, después de medio año sobreviviendo sola y viajando por medio país, en cuanto conoce al protagonista es dependiente y sumisa a él. Pero él es un hombre íntegro, no te vayas a pensar. Es el bueno de la historia porque no va tirándose a menores. Con su merecida superioridad moral por la enorme hazaña de no saltarse la ley, se dedica a darle discursitos a la chica sobre cómo debe vivir su vida y los valores que debe seguir, a la vez que la tiene explotada en su casa.
No voy a marear más el asunto: incluso sin hacer un análisis feminista de la serie, es autoindulgente, cuñadesca, fea y mala con ganas; y cuando analizas su guion un poco más de cerca, es verdaderamente inaguantable.
Iijiranaide, Nagatoro-san — Hoyo

Me sorprende que este haya sido uno de los animes más populares de la temporada, considerando que existe para satisfacer un fetiche de humillación. A lo mejor es más numeroso de lo que pensaba, quien sabe.
No me parece una buena serie en absoluto. Al igual que Gokushufudou repite un mismo chiste una y otra vez, sólo que en este caso además es muy burda. Está bastante bien hecha, y Sumipe actúa como si le hubieran dado el papel de su vida —con la pasta que está moviendo esto quizá lo sea—, pero no hay por dónde cogerla. Si os va el tema de la humillación creo que es recomendable, pero si no, pasando.
Que no os dé vergüenza, yo no juzgo. Bueno, sí lo hago, pero en silencio.
Jouran: The Princess of Snow and Blood — Frontera

Una serie de acción bastante decente en una versión alternativa del Japón de principios del siglo XX en la que el shogunato nunca fue abolido. Bueno, eso y que hay gente con superpoderes por algún motivo.
Me recuerda en muchos sentidos a Kite y a Blood: The Last Vampire —la protagonista de hecho comparte nombre con la del primero— pero fuera del estilo visual no es tan buena como esas películas en ningún sentido.
No está mal… sobre todo para echarse una siesta.
Koi to Yobu ni wa Kimochi Warui — Hoyo

Damas, caballeros y gente no-binaria, hemos llegado a la cúspide de esta lista. Me honra anunciar que KoiKimo se lleva, en mi humilde opinión, la medalla de oro a peor anime de la temporada. ¿No me creéis? Vamos a diseccionar el primer episodio.
Un hombre guapo se despierta en una cama ajena. Al levantarse, se encuentra con su amante, que está haciendo el desayuno y le pregunta si quiere comer. Él la ignora por completo (???), se viste y deja el apartamento. La protagonista, una chica de instituto, va a coger el metro para ir a clase, cuando se encuentra con el hombre guapo, ya trajeado, a punto de caerse por las escaleras. Ella lo sujeta y le da parte de su desayuno después de que el hombre le dijera que no había tomado nada. Casualmente, esa misma noche, el hombre descubre que la chica que lo ayudó es la mejor amiga de su hermana.
A partir de aquí, el hombre acosa sexualmente a la chica. Va a recogerla al colegio, le manda flores a diario y la sigue a donde va a pesar de que ella le deja claro expresamente que le molesta lo que hace. Quizá hayáis pensado que esta serie es un thriller, pero no, es una comedia. Porque “jaja, que divertido es, que ella le dice que no y él la ignora”. Qué divertido es el acoso. Y ese es el único chiste de la serie, querida audiencia. Él hace algo denunciable, ella se queja, ¡y es muy gracioso porque él la ignora! Porque, como diría José Manuel Soto: “en er’ juego de la seducción, hay que sabé jugá bien las cartas. Un ‘no’ puede ser un ‘a lo mejón’, un ‘quizá’, o incluso un ‘sí’.
Terrorífica. Lo que más gracia me hace de la serie es que hay un enorme componente de clase: si, con la enorme diferencia de edad entre ambos y la relación de acoso, el hombre fuera pobre, esto sería una serie de terror. Pero como es guapo y rico, no pasa nada, es una comedia descacharrante. ¡Qué divertido!
El episodio se corona, sin embargo, cuando de cara al final, una amiga del hombre lo ve en una cafetería con la chica, y se dirige a ella diciéndole que tenga cuidado con él, que es un pendón y además mucho mayor que ella. ¿Cómo reacciona nuestro Dolmancé particular? Le tira agua en la cara y le restriega una servilleta para quitarle el maquillaje. Esto es lo que pasa cuando pones algo de sentido común en esta historia, fémina.
Cinpalabra. Para mandarla al Observatorio Europeo contra la violencia de género. Traedme la cicuta, ya.
Mars Red — Frontera

Una historia de un cazador de vampiros en el Japón de los años veinte. El primer episodio me pareció bastante bien dirigido y chulo, pero el segundo me resultó bastante pesado. Hay un tío que se parece a Kaneki de Tokyo Ghoul.
Me recordó estéticamente a los juegos de Raidou Kuzunoha.
Meh.
Mashiro no Oto — Frontera

Esta me parecía bastante interesante antes de emitirse. «La historia de un chaval que intenta tocar el shamisen profesionalmente», suena bastante guay. Después de verlo no me lo pareció tanto.
La dirección es casi inexistente, notándose a leguas que es una adaptación escena a escena de un manga y la sucesión de eventos es un poco ridícula. Lo bueno es que, después de aguantar clichés de shoujo manga durante dieciocho minutos, la serie te recompensa con algo que supera las capacidades de la obra original: una concierto en el que el protagonista toca el shamisen delante de la audiencia.
El formato audiovisual es mucho mejor que el literario para contar una historia sobre música, por motivos evidentes. Y sin que la historia me parezca nada del otro mundo, creo que puede ser interesante para las que os veáis cautivadas por el sonido de este instrumento en el primer episodio.
Y si no, pasando.
Odd Taxi — Acierto

Esta es la única serie furry de esta temporada, y… por muy extraño que suene, posiblemente la mejor de esta lista. Me da casi un poco de cosa decirlo, pero al César lo que es del César. Aunque sus protagonistas sean animales, Odd Taxi es un anime muy, muy humano. Sobre todo en las acepciones malas del término.
Construye una trama de misterio coral, que tiene como personaje central a un taxista morsa que, según dicen, había llevado en su coche a una chica que desapareció poco después de bajarse. Con esta premisa, a la vez que hila una historia intrigante e inteligente, hace una representación tragicómica de nuestra sociedad, de su culto a la apariencia, a consumir y sobre todo a ser consumidos. Esto lo consigue, además, sin erigirse en una superioridad moral y yendo más a representar que a juzgar.
Os dejo sólo con esta pequeña descripción para no destripar mucho, porque creo que merece mucho la pena explorar la serie. Si por algo ha merecido la pena someterme al castigo autoimpuesto de ver todos los animes de la temporada ha sido por encontrarme algo como esto.
A continuación, volvemos con el contenido de dudosa calidad.
OsaMake — Hoyo

Lo más guay de esta serie es que los nombres de los personajes principales son referencias veladas a personajes del primer juego de Fire Emblem: Maru (Marth), Shiida, Maria, Kashim, etcétera. Eso mola, eh. Un detalle de categoría.
La serie en sí no. Es mala, es fea, es aburrida, es un harem, al protagonista lo dobla Matsuoka. Solo me tragué dos episodios porque me gustó un plano a los muslos de la deuteragonista. No, no, no. “Nein, nein, nein”, como diría el influencer de los años treinta.
Sayonara Watashi no Cramer — Frontera

Tch. Una historia de fútbol femenino que promete, bastante más interesante que las otras entradas del género deportivo en esta lista. Por desgracia, está lastrada por unos valores de producción bastante malos y que hacen difícil comprender siquiera el ritmo de los partidos.
Creo que si os gusta la idea y sois capaces de ignorar los problemas de la presentación, quizá pueda gustaros. Yo quizá le dé otro intento, aunque sea sólo porque salen chicas monas.
Seijo no Maryoku wa Bannou Desu — Frontera

Un isekai con un harén de pretendientes… protagonizado por una mujer.
Bastante menos indignante que sus contrapartes habituales, tanto a nivel narrativo como de presentación, pero aun así me resulta entre poco y nada interesante.
Quizá sea decente. Quizá no. Sólo la luna lo sabe. No tengo ganas de ver más para comprobarlo.
Sentouin, hakenshimasu! – Hoyo
“si hago que esta máquina diga polla, cuando alguien la pulse dirá polla!!!!1 jjjajajijijiijjajaja” — Guion del primer episodio
Seven Knights Revolution – Hoyo

Hay cartas… y dragones, y bichos grandes… creo que a una chica la dobla Kana Hanazawa…
Zzz…
Shadows House — Acierto

¿Una serie basada en la Revolución industrial sobre cómo los empresarios viven a través de los vasallos? Un segundo, voy a ponerme mi chándal de Venezuela.
Shadows House ha sido una propuesta interesante. Se sitúa en un universo decimonónico en el que los ricos tienen cuerpos completamente oscuros, y donde reciben el nombre de “sombras”. Su enlace con el resto del mundo son sus empleados personales que actúan casi como extensión de sí mismos, y la historia sigue a una chica joven y a su lacaya de su misma edad.
A pesar de no tener un estilo artístico remarcable, su estética funciona como medio narrativo. El hecho de que los nobles sean cuerpos oscuros a los que sólo se les puede adivinar la expresión por la silueta es una representación metafórica que funciona a varios niveles: mostrar cómo les carga el tinte oscuro de hollín que sale de las fábricas que dirigen, y recalcar el hecho de que las clases populares no pueden, en este caso literalmente, mirarles de igual a igual.
Una interesante historia costumbrista con retazos de misterio sobre la servidumbre y la identidad, que a una redacción socialcomunista como la de Aki no Anime le ha venido como anillo al dedo.
Shakunetsu Kabaddi — Hoyo

Una serie estéticamente repulsiva sobre una disciplina bastante interesante: el kabaddi, deporte nacional de Bangladesh.
Buscad en lo que consiste, está chulo. Yo pensaba que después de cómo han colonizado el país el deporte nacional de Bangladesh sería coser para Amancio Ortega, pero resulta que no. Eso sí, este anime no lo toquéis ni con un palo.
Shaman King — Hoyo

Niño con hidrocefalia hace cosas. Es como el experimento del pequeño Albert de John Watson.
Al minuto ocho abrí el Idolmaster. Tenía que hacer las misiones diarias.
Slime 300 — Frontera

Esta serie me llamó la atención en su primer episodio. Es un isekai, pero no va de cómo a un chaval japonés le pilla un camión y se convierte en el más sex symbol de otro universo, sino de una oficinista explotada a la que le da un patatús y muere, y que al reencarnarse en un universo de fantasía decide tener la vida más sosegada y apacible que pueda.
Para un rojete antiproductivista como yo esta premisa es irresistible. El anime, sin embargo, es bastante mejorable a muchos niveles y se vuelve repetitivo demasiado rápido, con la mayoría de episodios consistiendo en cómo la protagonista hace una nueva amiga y se une a su troupe. No es tan costumbrista como me hubiera gustado, pero a pesar de esto creo que puede ser algo agradable que ver de cuando en cuando.
Además, a una de las chicas principales la dobla Minami Tanaka. Queda demostrado.
SSSS. Dynazenon — Acierto

El nuevo anime de uno de los estudios más queridos del anime, Trigger. Sin salirse de su línea habitual de explosiones, robots gigantes y colosalismo, han conseguido hacer algo bastante bueno.
Me parece la serie mejor dirigida de la temporada, y eso que su director, Akira Amemiya, no era santo de mi devoción. Aquí ha usado el librillo de Hideaki Anno con un guion lleno de conversaciones flemáticas, pausadas y con que se expresa más por el subtexto y la composición que por el diálogo. Sin que la historia sea tampoco algo extraordinario, representa a los personajes y sus conflictos de una manera muy orgánica que me encanta.
En cuanto a diseño también es muy virtuosa, en especial con sus personajes. Tienen diseños relativamente simples pero muy llamativos, la mejor idea cuando lo que vas a hacer es animación.
Con lo poco que aporta la acción a esta serie casi que hubiera preferido que optaran por una trama costumbrista con esta misma historia, pero parece que en Trigger le han cogido miedo a hacer algo que se salga de su línea habitual. Esto me daría para un artículo entero, así que me voy a callar por ahora.
Aun con estas reservas, me parece una serie bastante recomendable, en especial para seguidores del estudio.
Super Cub — Acierto

Mi dosis en vena de anime costumbrista relajado en el que no ocurre nada importante durante doce episodios. Me encanta.
Sigue a una chica que se compra una motocicleta de segunda mano para ir a clase, de cómo le coge el gusto a montar y de las amistades que hace con la que se convierte en su nueva afición. Está contada con mucha naturalidad, y con bastante énfasis en la temática motera, por lo que creo que puede interesar especialmente a quien esté metida en el tema.
Un detalle que me encanta es lo sobrio que es el coloreado en las escenas cotidianas en contraste con cómo, sin volverse excesivamente llamativo, es más alegre cuando la protagonista monta. El estilo me parece bastante agradable, y creo que aporta bastante a la serie.
Pese a algún detalle que me chirría —como que parece que la protagonista no tuviese vida antes de meterse en el mundo de las motos— creo que es bastante disfrutable, sosegado y… no sé, no-terrible. Me parece bastante viendo el resto de esta lista.
The World Ends with You — Hoyo

No soy muy aficionado a los videojuegos de Square Enix, pero en particular los de Tetsuya Nomura me parecen inaguantables. Además de tener un sentido estético terrorífico, sus historias harían llorar al Niño Jesús. No tenía ninguna esperanza en esta adaptación de uno de sus videojuegos más famosos, pero me ha sorprendido.
Los diseños de los personajes en este anime son considerablemente mejores que los originales (ahora Shiki no parece anoréxica) y las escenas de acción son bastante decentes. No me parece recomendable en general y yo no tengo intención de continuarla; pero si sois seguidoras del videojuego o, por algún motivo, de Nomura, seguramente pueda merecer la pena.
Tokyo Manji Revengers — Frontera

Una adaptación de un manga shounen sobre un ex-kinki japonés que viaja en el tiempo a su época de pandillero para salvar a su novia de morir en el futuro… uf. Ya me duele la cabeza.
Para ser sincero, me he tragado unos cuantos episodios y no está mal. Está animada de forma irregular, pero al menos los diseños de personaje son bastante chulos. Eso sí, no esperéis ningún tipo de representación decente de la subcultura yankii en Japón. Esto no es una peli de Eloy de la Iglesia. Es un anime, y como todos sabemos, el anime es basura. Tenía dudas antes de hacer esto, pero después de tragarme treinta y siete series anime de temporada siento que mi materia gris se ha empezado a fundir como una loncha de queso en el microondas.
Volviendo al tema, el manga original sigue en publicación y lleva tropecientos tomos, así que no esperéis una historia conclusiva, ni tampoco alberguéis esperanzas de que vaya a concluir en algún momento.
Vivy: Fluorite Eye’s Song — Hoyo

Una película americana mala en forma de anime.
Esta obra original del Estudio WIT, creada y escrita por Tappei Nagatsuki, el autor de las novelas ligeras de Re:Zero —empezamos bien— nos cuenta la historia de Vivy, una ginoide idol que lucha para parar una insurrección de los robots que acabaría con los humanos cien años más tarde. Ajá.
Dejando de lado que casi cuarenta años después de Terminator al iluminado del autor se le podían haber ocurrido cientos de mejores historias de acción sobre la relación del ser humano con la tecnología que el alarmismo de “nos comen las máquinas”, la serie es un desastre. La trama va siguiendo diferentes misiones de Vivy en la que colman a quien ve la serie con horrenda exposición durante la mayor parte del metraje y que generalmente se resuelven de forma sensiblera con la coherencia narrativa de una canción de Melendi.
Por si fuera poco, los intentos de “humanizar” a la protagonista caen en saco roto, porque funciona a modo de bola de pinball, yendo de objetivo en objetivo escuchando fragmentos del Lorem ipsum y pegando tortas sin cuestionarse nada. Y no intentéis buscar explicación a por qué una robot diseñada para ser idol era la candidata óptima para combatir cuerpo a cuerpo, por favor.
En cierto modo me da mucha pena, porque es bastante buena a nivel estético. La animación es bastante fluida, la ilustración es impresionante en algunas escenas estáticas, y tanto Atsumi Tanezaki como Jun Fukuyama hacen interpretaciones excelentes de la protagonista y su guía. Todo esto, lamentablemente, cae en saco roto. Y el mayor problema no es que esté mal escrita, es que es un muermo. Para ser un thriller futurista, la mayor parte del tiempo lo dedica a hablar en círculos sobre una trama maniquea e inconsistente.
Ha sido uno de los animes más laureados de la temporada, pero creo que ni tener a una idol como protagonista la salva. Si hubiera tenido más actuaciones musicales me habría quejado menos, eso sí.
Yakunara Mug Cup mo — Acierto

Ya lo dijo el primer presidente otaku de España: “la cerámica de Talavera no es cosa menor; dicho de otra manera, es cosa mayor”.
Es inusual ver una serie sobre alfarería —menos aún en forma de anime— y ha conseguido ser divertida y también un poco ilustrativa. Va sobre un grupo de chicas que empieza a practicar la disciplina en Gifu, una región famosa por su cerámica, y de cómo van aprendiendo el oficio a la vez que se desarrolla amistad entre el grupo.
No es nada del otro mundo, pero me ha parecido una propuesta original, entretenida y bastante adorable. Sus episodios tienen la mitad de duración que la de la mayoría de animes, y creo que ha sido un acierto. No está al nivel de otras series de esta temporada en el magnífico formato de “chicas lindas haciendo cosas lindas” como Super Cub o Shadows House, pero es disfrutable y recomendable.
Además, a la protagonista la dobla Minami Tanaka. Queda demostrado. Otra vez.
Yasuke — Hoyo

Cuando supe que la Netflix iba a producir un anime sobre Yasuke, el primer samurái negro, vasallo de Oda Nobunaga, me ilusioné mucho.
Por qué. Por qué, por qué, por qué, por qué, por qué. Qué he hecho yo para merecer este castigo. Podría haber dedicado las tres horas de metraje a escuchar el programa de Carlos Herrera y quizá hasta habría salido más contento.
Quizá suene injusto, pero esto es lo que pasa cuando pones a un gringo a dirigir una serie anime. Supongo que en la cabeza de Thomas LeSean, su director y productor, un anime es sinónimo de robots gigantes, peleas convenientes contra entes sobrenaturales y tortas cada dos minutos.
¿De verdad la historia original no era lo suficientemente buena? ¿De verdad tenían que hacer un conglomerado narrativo ridículo sobre cómo Yasuke mata hombres lobo, vampiros y acompaña a una niña con poderes mentales a matar a una bruja? ¿En serio?
Por si fuera poco, la serie además se mueve en dos tiempos: la época en la que Yasuke era vasallo de Nobunaga y el futuro en el que se desarrolla la trama principal. Si bien la parte futura es ridícula, vacía, y aburrida; los segmentos en el pasado son irrisorios, porque tratan de hacer una representación “fehaciente” de la época, haciendo cosas como pintar a Nobunaga como un liberal occidental (¡en el siglo XVI en Japón!).
El problema de este anime no ha sido, como muchos gurús de la derecha han dicho, la “agendita” o la corrección política. Ha sido que LeSean se ha limitado a hacer una caricatura burda de lo que cree que el anime es en lugar de esforzarse en hacer una representación del tema que trata.
Zombieland Saga: Revenge — Acierto

Al inicio de esta entrada dije que no comentaría ninguna secuela. Mentí, pero por una buena causa. De haber cerrado con Yasuke, podríais acusarme de inducción al suicidio, ¡y yo nunca he estado en Suiza siquiera! Así que, sin saltarnos el orden alfabético, vamos a comentar una buena serie.
Hace tres años se estrenó la divertidísima Zombieland Saga, sobre un grupo de idols femenino constituido por siete zombies y con el objetivo de poner a la prefectura de Saga en el mapa cultural; co-producida nada más y nada menos que por el gobierno regional. Estuvo lejos de ser perfecta, pero como fan de las idols me encantó, y consiguió atraer a mucha gente con aversión a ver series sobre chicas monas bailando.
Esta temporada nos ha llegado su esperada secuela, que es mejor en casi todos los sentidos. La animación es considerablemente mejor, tanto en las escenas cotidianas, que son bastante más expresivas; como en las actuaciones, que pese a seguir estando animadas en 3D son más agradables y numerosas. Muchos episodios tienen además puntos de caracterización muy buenos de las protagonistas, y hace más énfasis en ser una serie sobre Saga, tratando incluso puntos de discordia históricos con el gobierno central de Japón.
A lo mejor esto es lo que necesita el independentismo catalán: una serie de idols.
Es curioso cómo, sin tampoco incluir la temática de la crisis del coronavirus —en un anime de idols donde el objetivo es reunir más público no la mejor idea—, ha tenido como temática central la reconstrucción, y el valor de la cultura para ello. Ha sido una interesante representación alegórica de un tema actual.
Si habéis visto la primera temporada, recomiendo esta encarecidamente; y si no, creo que es buena idea darle una oportunidad a la original. Esta ha sido la única serie que he seguido al día durante toda la temporada y no he podido disfrutarla más.
Además… a una de las idols la dobla Minami Tanaka. Encima es trans. Queda demostrado. Por tercera vez.
Diría que ha merecido la pena por los siete animes que me han gustado, pero ha sido una pesadilla con gran parte de los otros treinta, ¿eh? Si queréis más contenido de este tipo dejádmelo en los comentarios, pero no prometo nada.
Lamento no haber hecho nada por el mes del orgullo como el año pasado pero así de dura es la vida. Para mayor escarnio, publico en cuatro de julio. Me van a quitar el carné de rojo.
Con esto, hasta más ver, queridas lectoras. Que paséis un feliz día y disfrutéis del veranito.
Magnífica entrada! Agradezco en primer lugar el esfuerzo (la agonía) de dar una oportunidad a cada anime de la temporada. Me he podido hacer una idea acerca de muchas series que no he visto.
Estoy de acuerdo en que Dynazenon es un acierto. Sorprende tanto la relación con su predecesora, Gridman, y el rumbo argumental tan diferente respecto a este último. Como mencionas, el fondo costumbrista llega a eclipsar las dinámicas de acción, y creo que precisamente es este contraste lo que hace brillar al anime.
Es una lástima que te haya disgustado Eden´s Zero. Con la excusa de que sigo el manga y no el anime, romperé una lanza a favor de Mashima. Es cierto que el potencial de Rebecca queda desaprovechado, porque aunque hay indicios de que vaya a hacer algo más, como cuando es capturada e inicia una fuga, siempre termina siendo rescatada por el protagonista. Sin embargo, no por ello creo que sea ni un calco de Fairy Tail ni una repetición de unos errores que no contemplo. Para comprobar cierta maestría argumental, al menos de FT, solo hace falta comprobar la latencia del personaje de Zelef desde el inicio de la serie y su desarrollo hasta convertirse en el principal antagonista, revestido de un gran trasfondo e implicaciones con muchos personajes y gremios oscuros. A pesar de que el parecido del diseño de personajes es evidente en Eden´s Zero, tanto la construcción de un universo de ciencia ficción con sus propias reglas y leyendas, así como el ritmo de periodicidad semanal (y no en arcos argumentales separados como en Fairy Tail) hace que podamos descubrir otra faceta del autor. Quizá estos aspectos pasen desapercibidos en una adaptación mediocre. Aunque no deje de hacer series comerciales, no creo que haya que acusar a Mashima de cinismo comercial, que como mucho habría que decir de sus editores. En su defensa, Mashima decidió terminar Fairy Tail a pesar de su éxito y de la negativa inicial de la revista. En lugar de continuar con una egolatría monetaria, quiso crear algo distinto.
Eso sí, se agradece mucho que no hayas extendido la crítica, como suele ser habitual en la mayoría de reseñas, a todo el shonen manga. Como bien dices, se trata de una estructura con la que es posible contar grandes historias. Esta contemplación te honra ^^
(Ya que he defendido a Mashima, tendré que volver a la defensa de SAO, mi otra lucha perdida. He visto que el diseñador de 86 es Tetsuya Kawakami, el mismo que el anime de Sword Art Online. Sin embargo, lo que ha hecho ha sido adaptar las ilustraciones de Shirabi, artista de 86, y abec, dibujante de SAO. Es a este último, y no a Kawami, a quien hay que responsabilizar del [magnífico] diseño de personajes de Sword Art Online [una serie que explora tantos mundos y personajes que es de todo menos repetitiva]. En la mayoría de los casos, es el ilustrador de las novelas ligeras quien se encarga del diseño en último término).
Desconozco cómo habrá sido la adaptación de Shaman King, todo un clásico de la Jump. Es una pena que haya sido clasificada como hoyo; pienso que esta serie podría interesarte, pues establece brillantes críticas a la meritocracia y la autorrealización convencional, todo ello sin dejar de ser un gran shonen. Si no merece la pena darle otra oportunidad al anime, siempre recomendaré el manga de Takei.
En fin, lamento mi fanatismo. Muchas gracias por entradas como esta, con un gran trabajo de investigación detrás. A pesar de las muchas series abismales o fronterizas, por suerte, el mundo del manga y el anime es (de momento) mucho más que basura 😉
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¡Muchas gracias por tu comentario, David! ^^ Siempre me alegra mucho leerte.
Con lo de 86 en cierto sentido me da pena, porque las ilustraciones de las novelas son muy buenas, y aunque creo que la serie se ve bastante bien en general, el trabajo de ese hombre ha empeorado el original. La serie creo que sigue siendo más bonita que la mayoría de A-1 por lo que menciono, fundamentalmente diseño de color y animación más consistente; pero la adaptación de los diseños juega en detrimento, y es un estilo que aborrezco profundamente xD La verdad es que no diría que los diseños de la serie de SAO sean buenos, da un poco de canguelo cómo puedes intercambiar la cara de Kirito con la de Hayato de The Asterisk Work o de Inaho de Aldnoah Zero y no queda raro en absoluto; y es aún más grave con sus personajes femeninos. Creo que son series que se ven más o menos bien a pesar de la adaptación de los diseños originales, y desde luego no gracias a ello.
La verdad es que es posible que haya sido demasiado duro con Edens Zero. No le tengo animadversión porque no ha tenido tiempo de decepcionarme a nivel de estructura, pero sí que me ha parecido un refrito de sus obras anteriores y no me da motivos para continuarla. Estoy contigo con que la trama episódica le ayuda mucho, pero… creo que no es para mí. Aun así puede ser disfrutable.
Sin duda no podría quejarme del shounen en general, se han creado muchos buenos mangas y animes en ese formato, eso desde luego. ^^
Y bueno… la parte positiva de haber abandonado Shaman King en menos de un episodio es que puedo amarla. Quizá si la hubiera visto me habría disgustado y no podría ocultar mi opinión negativa (?) De lo que vi me gustó la primera escena del nacimiento del protagonista, hubiera sido una buena campaña antiabortiva del PP cuando gobernaba Zapatero. Después lamentablemente me aburrió y los diseños y el estilo visual no me gustaron nada.
¡Un abrazo! ❤
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